Catedral de SantaAndrea

Fue Pirro Del Balzo quien financió su construcción en 1460-70, eligiendocomo emplazamiento el que ocupaba la primera catedral de Venosina.Parte de las torres cilíndricas que marcan las esquinas de la plantacuadrangular y de la muralla se levantaron entonces, mientras que laexcavación del foso, la erección de los baluartes y la logia interior sobre lospilares datan de la época del virreinato español (1553), y toda el alanoroeste de los siglos XII-XIII. Los Del Balzo dejaron muchas señales, como el escudo familiar (un solradiante) que destaca en las almenas de la torre oeste (en el interior hayuna cisterna con un completo sistema de recogida de aguas pluviales). Losdos leones situados al principio del puente de acceso proceden de unasruinas romanas. Perteneció como feudo a varias familias, entre ellas la de Carlo Gesualdo,príncipe de Venosa y gran madrigalista, protagonista de una grave disputade sangre. Cuatro años después de su boda, Don Carlo Gesualdo, en suresidencia napolitana, habiendo fingido ir de caza y habiendo hecho creerque no volvería por la noche, sorprendió dormidos a su esposa MaríaD’Avalos y a su primo Fabrizio Carafa, duque de Andria, matándolosbárbaramente. Por último, no hay que olvidar, también en relación con el castillo, la antigualeyenda popular según la cual, todos los años, en la noche del 24 deoctubre, fiesta de San Félix, se celebra en el foso una procesión de almaspurgantes o mártires cristianos. El vestíbulo conduce a la pasarela, una galería semisótano equipada conferreterías y garitas. Su interior se destina en parte al Museo ArqueológicoNacional, que contiene una selección de materiales destinados a connotarel desarrollo histórico de la ciudad y del territorio que gravita a sualrededor desde la fase prehistórica (del Paleolítico a la Edad del Bronce, ala que se dedica la exposición del bastión norte) hasta el Bajo Imperio y losnormandos. El recorrido dedicado a la época histórica se divide en cinco grandes secciones, todas ellas enriquecidas por numerosos epígrafes, ensu mayoría de carácter funerario. En la primera, dedicada a la épocaprerromana, destaca el askos catarinella de Lavello. Siguen seccionesdedicadas al desarrollo de la colonia latina, en las que destacan unfragmento en oscano de la Tabula bantina y una cabeza de Diadumeno,obra en mármol del siglo II d.C. a partir de un original de Policleto, devueltadesde Estados Unidos, adonde había llegado tras ser robada en 1956 enVenosa y trasladada ilegalmente allí. De interés son las cerámicas, losmosaicos del suelo, las pinturas murales y las tipologías sepulcrales,acompañadas de un crucifijo-relicario paleocristiano de los siglos VIII-IX ypendientes de los siglos V-VI. Desde el patio interior del Castillo se asciende a la galería abierta en laépoca en que la fortaleza se convirtió en residencia; desde aquí se pasa ala Biblioteca Municipal y a los dos salones de recepción, con bóvedaspintadas con temas alegóricos en el siglo XVII. A la izquierda del Castillocomienza la Via Fornaci, cuyo topónimo hace referencia a los talleres deladrillos que se abrían en huecos de la ladera y permanecieron activoshasta principios del siglo XX. Caminando por ella, se desciende al valle Realey a la fuente románica construida quizás por los romanos en piedra yladrillos y decorada con bajorrelieves sepulcrales y un león; la leyendacuenta los poderes mágicos del agua que brota aquí: el forastero que saciasu sed con ella nunca abandona Venosa.

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